
Somos la bodega que más tarde saca al mercado sus vinos blancos sin crianza en barrica. ¿Quieres saber por qué?
«Los vinos blancos solo se pueden beber en el año». ¿Has escuchado alguna vez esta frase? Sí, ¿verdad?
En esta época del año, entre enero y febrero, más del 90% de las bodegas de nuestra zona sacan al mercado sus vinos jóvenes o sobre lías. El mercado lo demanda así, dicen. Y no les quitamos razón. Pero no es responsabilidad del mercado. Es única y exclusivamente nuestra, que hemos educado así al consumidor, haciéndole creer durante mucho tiempo que un vino blanco solo es válido cuando es del año. Y la realidad dista mucho de esa sentencia.
Somos apasionados del vino, nos gusta probar, investigar y descubrir. Creemos en las cosas que nos hacen diferentes, únicos, hechas con mimo y con calma. Para elaborar nuestros vinos tenemos en cuenta todo lo que nos gusta aunque, también, cómo no, todo lo que La Cabaña y su complejidad, pueden aportar.
Para elaborar Nidia sobre lías utilizamos una parcela de la variedad verdejo, la 16, plantada en 1989. Se trata de una parcela con exquisita complejidad, con una base arcilloarenosa, muy pobre, con superficie de canto de río y una altitud de 776 metros. La finca es muy tardía, vendimiamos en torno al 1 de octubre, y recogemos un máximo de 6000 kg/ha (por ley, podríamos obtener hasta 10000 kg). Una vez en bodega y después de la maceración, un largo desfangado y posterior fermentación, mantenemos el vino en contacto con sus lías finas durante varios meses (en el caso de Nidia 2020, 9 meses), para aportarle ácidos grasos y sensaciones en boca mucho más complejas, además de una longevidad muy interesante.

El trabajo sobre lías aporta mucha boca a los vinos pero puede restar cierta intensidad y frescura en nariz. Es por ello que hay que buscar un equilibrio no fácil de conseguir. Porque no queremos renunciar a la frescura que también se busca en un vino blanco.
Pero nuestro trabajo no termina ahí y esta es, quizá, la parte que más nos diferencia. Una vez tenemos el vino como nos gusta, creemos que requiere un redondeo final que solo se lo puede dar el tiempo en botella. Es por eso que, antes de salir al mercado, nuestro Nidia pasa un mínimo de 6 meses en botella en nuestro almacén, sin cambios bruscos de temperatura.
Solo así conseguimos que el vino se exprese con plenitud, con honestidad. Y que, a medida que va pasando el tiempo, nuestro Nidia vaya ganando en complejidad, en estructura, en intensidad y se convierta en una joya para sorprender con el paso de los años.
¿Te animas a probarlo? Te aseguramos que te va a encantar, aunque estés acostumbrado/a a vinos más frescos.
Con todo esto que te hemos contado, ¿entiendes por qué sacamos nuestro vino casi un año más tarde que el resto? ¿Qué opinas sobre esto?
Si tienes cualquier duda que quieras resolver, puedes escribirnos a hola@bodegasnidia.com.
Sigamos leyéndonos y creando #historiasúnicas.
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